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ToggleEn la primera parte de esta lista de Diez ¿Falsos? Mitos de la Nutrición Deportiva vimos cinco ejemplos de mitos relacionados con la nutrición que creo que son erróneos o que, al menos, no son absolutos como muchos piensan.
En esta segunda parte seguimos en la misma línea hasta completar la lista con la cifra redonda de una decena.
6.- Hay que hacer carga de hidratos de carbono antes de las competiciones.
Lo primero sería ver si se sabe hacer, después ver si se tolera bien y en caso de que se responda que sí a las dos preguntas, si nos es beneficiosa o no.
Antes de una competición, no tiene por qué ser necesario hacer una descarga y carga de las reservas de hidratos de carbono sino que puede ser suficiente con llevar una alimentación adecuada para que lleguen al nivel óptimo en esa competición.
Hacerla bien no es tan fácil como piensan algunos (no sé cuántos días no como hidratos y los quemo, luego me pego una panzada y, ala, mi cuerpo carga de nuevo y encima, más cantidad) y, sin embargo, es más arriesgada de lo que creen (podemos llegar con menos reservas de las esperadas, podemos fastidiarla en esos días de vaciado, sometemos al cuerpo a un estrés que hay que entrenar, …).
Es útil y funciona, pero no deja de ser una herramienta más que podemos usar o no, no es imprescindible ni necesaria.
7.- Los calambres se deben a una falta de sales.
Es un error atiborrarse de sales pensando que así vamos a evitar los calambres porque, aunque éstos puedan venir por un desequilibrio iónico, hay muchas más causas: falta de energía, exceso de exigencia, falta de entrenamiento general o de ese músculo acalambrado, …
Tampoco sirve de nada estar una semana antes bebiendo no sé cuánta bebida de sales y, de hecho, es algo que hasta puede ser malo si es una bebida que además es energética, no sólo de sales.
Tan malo es pasarse de sales como quedarse corto así que lo que hay que hacer es tomar la cantidad justa, la que necesitamos que previamente habremos intentado identificar y que dependerá de la climatología, esfuerzo físico, nivel de hidratación previo, etc.
8.- Cuando ya no podemos más es porque nos hemos quedado sin energía.
Es probable que sea así pero también puede ser que el músculo haya colapsado porque ya no es capaz de limpiar todos los residuos de los procesos metabólicos, que hayamos tenido un desequilibro de sales, que tengamos una mala hidratación, que ya partiéramos cansados, que nos estemos parando porque ha cascado la parte central (p. ej. respiración, …).
Estaría genial que fuéramos como un coche y que al quedarnos sin energía pudiéramos tomar un gel o similar para rellenar el depósito y, ala, a volver a pisar el acelerador a tope, pero no es así, no es tan sencillo.
9.- Tienes que beber mucho líquido, aunque no tengas sed.
Como con las sales, hay que tomar el líquido justo, ni más, ni menos.
Tan malo es tomar demasiado líquido como demasiado poco, cada cosa tiene su problemática porque en ambos casos producimos un desequilibro en los procesos metabólicos.
Está muy bien eso de no esperar a tener sensación de sed pero hay que pensar en si tenemos el estómago con el líquido atascado y no lo estamos asimilando, si realmente lo necesitamos, el tipo de líquido, condiciones climatológica, etc.
10.- Nada más terminar el ejercicio tienes que comer y beber para recuperar.
Lo que hay que hacer nada más terminar es hacer una recuperación adecuada que, en unos casos implicará comer y beber tomando determinados nutrientes, en otros casos será hacer un enfriamiento y vuelta a la calma, … y muchas veces serán todas las cosas.
No es lo mismo un día de series cortas a tope con mucho descanso y poco volumen de entrenamiento que una salida de cinco horas corriendo por el monte o rodando con la bici.
Además, aun en el caso de la conocida “ventana metabólica” (ésa que dice que en los minutos posteriores al ejercicio el cuerpo está más receptivo y que es el momento ideal para reponer los nutrientes), habría que analizarlo con cuidado como están demostrando algunos estudios actuales que concluyen cosas tan curiosas como que parece que no es un período tan corto como se ha pensado tradicionalmente (30’-40’), que en determinados esfuerzos, si se ha empezado con una buena cantidad de reservas y se ha suplementado antes de empezar puede ser incluso innecesario, etc.