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ToggleHéctor Sanmiguel nos cuenta su experiencia en las montañas de Perú y Patagonia. Una aventura única de trail y montañismo en laderas vírgenes.
Un diamante desconocido
Este proyecto llevaba mucho tiempo sobrevolando mi mente. Viajar a esta zona tan apartada de todo se fue convirtiendo en una prioridad a medida que iba creciendo en mis proyectos e iba encontrando el estado físico y mental para asumir el compromiso que esta aventura me requería. Un día hace ya varios años descubrí por casualidad, una fotografía en blanco y negro de una gran montaña virgen en los Andes peruanos, pero a veces las ideas tardan en llevarse a la realidad y en las montañas, casi nunca nada es lo que parece. Rebuscando información encontré algunos detalles: Una zona casi desconocida y sólo antes explorada por dos expediciones pesadas (una alemana y una polaca en los años 70 y 80), además de una peruana en 2005-2006. La mía ha sido la 4ª expedición a estas montañas y la primera en solitario y total autonomía, además de las primera en la que se iba en un estilo ligero y corriendo por montaña.
La cordillera Jatún Chacúa (cercana a la conocida cordillera Huayhuash) ha sido una de las actividades más productivas de mi carrera y de la historia de estas montañas. Hasta ahora cada expedición había realizado de 1 a 5 ascensiones en la zona, en un equipo formado por varios alpinistas, pero bajo un estilo muy ligero, corriendo por montaña con una perspectiva de exploración, montaña y aventura he podido ascender a más de 20 montañas (entre 4600 y 5350m), de las cuales seguramente más de 10 eran montañas vírgenes, sin ascensiones previas, en menos de 6-9horas desde el campo base (4350m), además de un encadenamiento de 9 montañas en el día, de las cuales 7 de ellas estaban posiblemente sin ascensiones previas. Ésta es la gran diferencia con la manera de subir montañas que se ha llevado hasta ahora y que trato de explorar en mis proyectos, correr por las montañas puede ser un arma increíblemente eficiente para explorar terreno nuevo y cimas lejanas y vírgenes, la distancia ya no supone un problema tan grande como en una expedición pesada, y se pueden crear líneas nuevas de ascensión y descenso, enlaces con otras montañas, etc.
Aunque el riesgo se convierte en un factor fundamental y que aumenta en cierta medida, al ir en solitario y correr en altitud y en terreno técnico. Tras 17 días en el campo base y más de 30 en Perú (aclimatarción y aproximación), la temporada de lluvias entró con fuerza y la nieve me llevó de vuelta a la civilización con un buen bagaje en uno de los lugares más recónditos que he experimentado nunca.
Lejana Patagonia
Esta ha sido la segunda parte del proyecto en dos partes de los Andes de este otoño. Ha sido sin duda el viaje con más cambios de última hora, dificultades logísticas y problemas burocráticos que he realizado nunca. En un principio mi idea era ir a los Andes de Chile y Argentina (Los Altos Andes) para con un vehículo ir de base de montaña a base de montaña y realizar ascensiones corriendo a montañas altas y reconocibles (6000’s como Tupungato, Marmolejo, Plata, Aconcagua…). Pero pocos días antes de partir hacia allá desde Perú, a última hora, decidimos el fotógrafo Fernando Guevara y yo, por problemas burocráticos y con el vehículo, viajar a la Patagonia desde Chile y tratar de llegar a unas montañas que había tenido pensadas para el futuro.
Existen unas islas en la Tierra de Fuego, entre Argentina y Chile, cerca del Cabo de Hornos, donde todavía hay montañas vírgenes y solitarias, que nacen desde el mismo mar, con glaciares y formas salvajes. Poder hacer alguna de estas cimas sin ascensión, corriendo, en uns isla alejada de todo, para mí era un sueño de niño; pero una vez allí la política fronteriza y de seguridad nos puso en muchos problemas para poder alcanzarlas. Zonas militares, la prohibicion de Chile de entrada en el país por el canal de Beagle, los precios desorbitados para poder acercarse en velero desde Punta Arenas 300km al norte, las condiciones del mar, las prohibiciones del parque nacional Argentino… Una semana de embajada a embajada y de permiso a permiso, sin conseguir nada factible. Un plan B en unas montañas alejadas dentro de la parte Argentina al que tampoco pudimos llegar por mar ni por tierra. Un plan C en otras montañas tambien dentro de la Isla Grande de Tierra de Fuego a las que sí pudimos acercarnos en 4×4 y luego porteando todo nuestro material en varios viajes (más de 100kg en total), pero que al segundo día de estar allí recibimos un aviso de que estaba prohibida la estancia en la zona al estar controlada por militares de la Armada Argentina. Un plan D para explorar algunas montañas del parque Nacional de Tierra de Fuego que tras intentar tramitar el permiso se nos negó, desembocaron en un último plan F…
Conseguimos llegar a un collado dentro de la divisoria de los Andes, en la Isla Grande, con 4×4; entrar en un valle y establecer un CB entre los varios metros de nieve que aún quedaban aún siendo primavera austral. 6 días pudimos estar allí, con mucho frío, viento y nieve en los últimos días, que nos hizo regresar. En estos días conseguimos hacer algunas bonitas montañas corriendo, en condiciones muy invernales. El tiempo se nos acabó y tuvimos que abandonar la Patagonia con una sensación agridulce. Sin duda ha sido un viaje lleno de dificultades de todo tipo, un examen de paciencia y de buscar planes distintos a lo que uno lleva en la cabeza. Volveremos a intentarlo otro año, seguro.
Nutrición
En una aventura así la nutrición es sin duda uno de los factores más importantes, clave para un buen desarrollo del proyecto, ya no sólo para el rendimiento deportivo en las propias ascensiones y encadenamientos de montañas, sino por una cuestión de seguridad y de salud, por permanecer tantos días en altura (entre 4000 y 5000m) viviendo, durmiendo y corriendo, donde la recuperación entre una actividad y otra se hace mucho más compleja. Debes tener productos que con poco peso te aporten una gran cantidad de energía, que te permitan mantenerte activo y concentrado en una actividad difícil y que te ayuden a recuperar para tratar de volver a correr al día siguiente. Los productos de 226ERS como los Energy Gel, Salt Electrolytes y Endurance Fuel Bars han sido claves para un mantenimiento óptimo de las capacidades físicas y mentales en una actividad exigente y sostenida en altitud y en tiempo, con un peso mínimo.
Por Héctor Sanmiguel Vallelado.
(Septiembre-Noviembre 2015)